Evangelio del día y puntos de meditación

Evangelio del día y puntos de meditación del martes 9 de diciembre

Mt 18,12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le descarría una de ellas, ¿no dejará en los montes las noventa y nueve, para ir en busca de la descarriada? Y si llega a encontrarla, os digo de verdad que tiene más alegría por ella que por las noventa y nueve no descarriadas. De la misma manera, no es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños».


Para meditar:

  • Jesús es el buen Pastor que busca a la oveja descarriada. No deja, no quiere que la oveja se pierda -aunque haya sido culpa suya el perderse- sino que quiere recuperarla y devolverla al redil. Así actúa Jesús con cada uno de nosotros cuando nos perdemos por el pecado: buscándonos insistentemente e invitándonos a volver. Pero nosotros ¿nos dejamos encontrar? ¿Queremos de verdad volver al buen redil, o preferimos ir a nuestro aire, distantes del Señor?
  • Como las ovejas son débiles ante los ataques del lobo, así nosotros ante las asechanzas del demonio. Si no recurrimos al buen Pastor, a la oración, a los sacramentos; si pretendemos ir por libre, fiándonos sólo de nuestras propias fuerzas, entonces pereceremos. Sólo el Señor es nuestra fuerza. Con el lo podemos todo, ya que la gracia que Él nos da siempre resulta victoriosa. Y al contrario, como explica Jesús, «sin mi no podeis hacer nada» (Jn 15, 5) ¿Sé ponerme en las manos del Señor? ¿Pongo los medios para ello?
  • «No es voluntad de vuestro Padre celestial que se pierda uno solo de estos pequeños». «Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1 Tm 2, 4). No quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (cfr. Ez. 33,11). Dios no da a nadie por perdido, por muy alejado y desahuciado que pueda parecer. Y para salvar a todos, cuenta con nosotros, los cristianos; con nuestro apostolado con aquellos con los que convivimos: familiares, amigos, vecinos, compañeros de trabajo… ¿Tengo afán de almas? ¿Intento atraer a cuantos pueda a la fe, para que puedan recibir la salvación de Cristo?

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