Evangelio del dia y puntos de meditacion del domingo 7 de diciembre
Mateo 3, 1-12
En aquel tiempo, comenzó Juan el Bautista a predicar en el desierto de Judea, diciendo: “Arrepiéntanse, porque ya está cerca el Reino de los cielos”. Juan es aquel de quien el profeta Isaías hablaba, cuando dijo: Una voz clama en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos.
Juan usaba una túnica de pelo de camello, ceñida con un cinturón de cuero, y se alimentaba de saltamontes y de miel silvestre. Acudían a oírlo los habitantes de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región cercana al Jordán; confesaban sus pecados y él los bautizaba en el río.
Al ver que muchos fariseos y saduceos iban a que los bautizara, les dijo: “Raza de víboras, ¿quién les ha dicho que podrán escapar al castigo que les aguarda? Hagan ver con obras su conversión y no se hagan ilusiones pensando que tienen por padre a Abraham, porque yo les aseguro que hasta de estas piedras puede Dios sacar hijos de Abraham. Ya el hacha está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego.
Yo los bautizo con agua, en señal de que ustedes se han arrepentido; pero el que viene después de mí, es más fuerte que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y su fuego. Él tiene el bieldo en su mano para separar el trigo de la paja. Guardará el trigo en su granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”.
Para meditar
- La llamada a la conversión se encuentra en el corazón del evangelio. Ella nos obliga a revisar nuestra propia vida, para acomodarla progresivamente a las enseñanzas de Jesús ¿Me esfuerzo realmente por ir cambiando poco a poco mi conducta, según el Evangelio?
- “Todo árbol que no dé fruto, será cortado y arrojado al fuego”. Dios nos ha dado toda una serie de talentos para que crezcamos en santidad, y por tanto en amor hacia Dios y hacia los demás, y para que comuniquemos la alegría de nuestra fe a todos los que tenemos alrededor
- Hemos recibido el bautismo de Jesús, que nos ha convertido en hijos de Dios y de la Iglesia y en templos del Espíritu Santo, quien nos acompaña constantemente, invitándonos a una entrega generosa a Dios y a las almas. ¿Procuro ser dócil a las mociones del Espíritu Santo?


