Evangelio del día y puntos de meditación del sábado 6 de diciembre
Mateo 9, 35–10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos».
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: «Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente».
Para meditar:
- Jesús constantemente se mueve, de un lugar a otro, para anunciar el Reino de Dios. Con esto revela un profundo deseo de su corazón: que todos, absolutamente todos, puedan escuchar el Evangelio, creer en el mismo y por tanto salvarse. ¿Tengo yo ese mismo afán de almas de Jesús? ¿Procuro hacer un apostolado incesante?
- “La cosecha es mucha y los trabajadores pocos”. Todavía quedan muchos que, o bien no han escuchado nunca hablar de Jesús o se han olvidado de Él. Por eso hacen falta, sobre todo, pastores, sacerdotes, que anuncien el Evangelio. ¿Procuro rezar todos los días para que Dios envíe trabajadores -sacerdotes- a su mies?
- El evangelio, la salvación obtenida por Jesucristo en la cruz, es administrada gratuitamente, pues gratuitamente los hemos recibidos y además obramos por amor, y no por interés egoista. Con todo, la Iglesia necesita dinero para continuar a hacer adecuadamente su labor. ¿Procuro ayudar económicamente a la misma, a mi parroquia, con generosidad?


